El salto de calidad que pretende dar el Betis la próxima campaña, en la que salvo sorpresa jugará además en Europa, se centra básicamente en la remodelación del centro del campo. Es ahí donde el club hará una mayor inversión.

Por eso, mientras que en otras líneas ya se han cerrado fichajes que vendrían independientemente de la clasificación final, en ciertas demarcaciones los pasos que se están dando son más lentos pero muy firmes.

En este contexto se enmarcan los movimientos del Betis respecto al mallorquinista Tomás Pina. Hace ya meses que los verdiblancos trasladaron a la agencia de representación del mediocentro -la misma que la de Pepe Mel- su interés por este centrocampista de largo recorrido y buen toque.

Sin embargo, es ahora cuando toca acelerar. Con el Mallorca a cinco puntos de la salvación, sus opciones de permanencia son mínimas. Es más, un triunfo verdiblanco en las islas podría ser la puntilla definitiva. Y en dicho caso, el precio de salida del jugador, con contrato hasta 2015, se rebajaría.

De hecho, el Mallorca no estaba dispuesto a negociar por menos de 8 millones, pero en Segunda esa cifra podría verse reducida a la mitad. El Betis quiere apretar y su oferta rondará los 3 millones, pero ante todo quiere tener al jugador de su parte.

Por eso, según avanzó el martes Radio MARCA, la semana pasada hubo una llamada al jugador para exponerle el proyecto bético y conocer su predisposición. Y ésta es más que favorable. Mientras que la opción del Valencia se ha enfriado por la situación institucional, el Zaragoza, con el que tiene un vínculo sentimental, no le convence deportivamente. El plan del Betis sí le ha gustado y mucho. Jugar en Europa le atrae y el hecho de saber que Mel avala su fichaje, también.

La negociación por Pina, que vendría a sustituir a Cañas, no supone el descarte de Granero. Al técnico le gustaría contar con ambos.