Los entrenamientos se trasladan a la cartuja

La Cartuja acogió al Betis para la aclimatación y cuatro partidos de

El portero formaba parte de la plantilla que, a las órdenes de Paco Chaparro, puso la última pica bética en el recinto cartujano. Fue en la temporada 2007-08, en mayo, cuando el Betis se ejercitó en La Cartuja para preparar el partido que en este estadio debía disputar ante el Valladolid por tener clausurado el suyo a causa de la sanción por el botellazo al portero del Athletic Armando dos meses antes. El Betis alargó con recursos su cumplimiento y el punto sumado (1-1) certificó la salvación verdiblanca. También «exiliado» estuvo el Betis la campaña anterior. La sanción había sido por un botellazo, en este caso al entonces entrenador del Sevilla, Juande Ramos, y de tres encuentros.

Los malos resultados en aquellos duelos frente a Villarreal (3-3), Real Sociedad (0-1) y Getafe (0-2) del último tramo de la Liga condenaron a los béticos a ganarse la permanencia en Santander en una última jornada en la que Chaparro había acudido al rescate tras el despido de Luis Fernández, protagonista por cierto de la anécdota de aquella mudanza al Olímpico. Antes del Villarreal, dispuso un entrenamiento a puerta cerrada, aunque se le escapó un detalle: las oficinas del estadio con ventanas al campo. Desde allí fue posible recabar información como la decisión de estrechar el terreno de juego, medida que ya había tomado el tarifeño en el entonces Ruiz de Lopera.

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