Real betis balompie - valladolid [ post oficial ]

jorgepucela escribió:

Hace un año, Sergio García y Oliveira descendieron de categoría con el Zaragoza. El destino les tenía preparado un nuevo fracaso deportivo. Pocos meses después, la dupla de delanteros se volvía a reunir, esta vez en el Betis. Un equipo que, como el Zaragoza, estaba diseñado para luchar por objetivos más altos. Sin embargo, pese al juego y los goles de la pareja atacante, Sergio García y Oliveira vuelven a probar el amargo sabor de la derrota. Además, para el delantero catalán, el de hoy es el tercer descenso de categoría. En la temporada 2004/2005 el punta militó en el Levante, al igual que Rivera, que bajó a segunda.

Manuel Ruiz de Lopera ha cosechado éxitos y fracasos en sus 17 años al frente del Betis. Cogió al equipo hundido en Segunda y lo reflotó. El año del regreso a Primera rompió los registros esperados, consiguiendo el tercer puesto en Liga. Entonces llegaron las clasificaciones para jugar la UEFA y la final de la Copa del Rey que perdió ante el Barcelona. Mientras, el eterno rival vivía entre miserias. Era la época en la que los aficionados le cantaban "¡Hola, hola, hola Don Manué, Don Manué...".

Pero el destino de nuevo viró y el Betis se marchó a Segunda. Un año después, recuperó la categoría perdida y comenzó otra proyección ascendente. Volvió a tocar UEFA, logró un cuarto puesto, ganó la Copa del Rey ante Osasuna y disputó la Liga de Campeones. Lopera fue nombrado presidente perpetuo. Tras esa ráfaga de éxitos, el Betis cayó en terrenos pantanosos. Mientras el Sevilla coleccionaba títulos, desde 2005 el equipo se acostumbró a coquetear con el descenso. Hasta cosechar el drama. ¿Se cerró ayer la era Lopera? Veremos.

Nueve años después, el Betis desciende a Segunda. Aquel batacazo de 2000 se amortiguó porque también el Sevilla, eterno rival, se fue al hoyo. Pero el fracaso de ayer, fracaso con mayúsculas, fue especialmente doloroso y sobre todo cruel.

Cuando Pérez Burrull dio el pitido final se consumó la tragedia. El Betis terminó empatado a puntos con el Getafe, pero salió tarifando por...¡un gol! Sólo el Betis puede descender así. Mientras la grada verdiblanca lloraba y no daba crédito, los cerca de 1.000 aficionados desplazados desde Valladolid cantaban y brincaban. Por segundo año consecutivo se mantienen en Primera sin apenas inversión y con un presupuesto de 24 millones de euros, la mitad que el Betis, a quien su inversión de 36 millones de euros en fichajes de relumbrón no le ha servido para paliar el humillante ridículo cosechado en la triste tarde de Heliópolis.

Incredulidad. La gente se quedó anestesiada. Nadie decía nada. Lágrimas y más lágrimas. Se susurraba el clásico ¡Lopera vete ya! Apenas transcurridos diez o quince minutos, las diferentes televisiones daban en directo las fiestas en Getafe, Gijón y Pamplona. Equipos de Primera. Y la tragedia comenzó. Intento de asalto al palco donde se encontraba el presidente bético. José León, con la intención de agredirle. Los insultos que recibió, los de siempre. "¡Cuchara!". Le llaman así porque dicen que "ni pincha ni corta". También recibió el impacto de una lata el consejero del Valladolid, Rafael González. Pero lo peor estaba por llegar.

Los alrededores del estadio Manuel Ruiz de Lopera se convirtieron en un improvisado Little Big Horn. No estaban Caster ni Toro Sentado. No volaban flechas ni balas. Pero sí bengalas, vallas y pelotas de goma. La Policía tomó posiciones y comenzó a emplearse a fondo. Empero, un importante grupo de seguidores verdiblancos se apostaron en la puerta de cristales, de acceso restringido para los jugadores. Alrededor de las 22:00 horas Emaná le envió un mensaje telefónico a su asesor en España, Miguel Saavedra. El camerunés, como el resto de sus compañeros, se encontraba atrincherado en el vestuario en espera de que los ánimos se calmasen: "Yo de aquí no salgo hasta que tu me digas". La cercana calle Tajo era triste testigo de actos de gamberrismo rupestre como destrozar contenedores. Y las Fuerzas del Orden, patrullando en imponentes caballos. A las 22:15 seguía esperando el autobús del Valladolid a que los jugadores castellanos pudieran, igualmente, salir del estadio. Máxima tensión.

Los gritos contra Lopera, León, el director deportivo, Manuel Momparlet y los jugadores y entrenador arreciaban. Un significativo grupo se presentó en la misma casa del máximo accionista verdiblanco, en calle Jabugo, para expresarle su rechazo. Se da la circunstancia de que, desde hace varios meses, todos los miércoles se citan con puntualidad en dicho lugar, donde Lopera tiene también sus oficinas, como medida de presión para exigirle su marcha del club. Es evidente. En el Betis existe una fractura social pero, ¿por qué?

Bota de oro. Manuel Ruiz de Lopera está considerado como el presidente más importante en la historia del Betis. Cogió un club moribundo y en Segunda. Impulsando su conversión en Sociedad Anómina Deportiva, auspició su salvación. Con Lorenzo Serra Ferrer como entrenador vivió su época más dorada. Un campeonato de Copa, un subcampeonato y clasificaciones para la Copa de la UEFA y la Champions. Pero aquí se marcó un punto de inflexión determinante.

La relación entre Lopera y Serra se deterioró. Y en un encuentro de Champions Betis-Anderlecht empezaron las primeras muestras de desaprobación contra el máximo dirigente, poco acostumbrado a las censuras, y que siempre gozó del favor mayoritario de su afición. El grito de "¡Bota de Oro. Lopera bota de oro!" le dolió de tal manera que ese día decidió no volver al palco. El equipo no funcionaba pese a invertir muchísimo dinero en fichajes: "Me he gastado 36.000 millones de pesetas en fichajes desde que estoy en el Betis", decía Lopera para responder a las voces que le censuraban y pedían su marcha. Surgieron como setas plataformas opositoras con protagonismo estelar del ex presidente Hugo Galera o del propio Lorenzo Serra Ferrer, que fue adoptado como 'bandera del antiloperismo'.

Tras la marcha del entrenador balear, Lopera contrató a entrenadores de reconocido prestigio. Pero Irureta, Luis Fernández y Héctor Cúper no tuvieron fortuna. Tampoco salió bien la apuesta por un hombre de la casa, Paco Chaparro, que había salvado al equipo de dos descensos consecutivos. La arriesgada apuesta por José María Nogués, que en el Betis B lo estaba haciendo muy bien, tampoco dio resultado.

La sombra del Sevilla. Estos últimos cuatro años de bailar con lobos han crispado a la hinchada. Eso es evidente. Pero la historia del Betis está jalonada de claros y de oscuros. Este es su decimoprimer descenso a Segunda. Uno menos que Murcia y Málaga, los líderes de esta deshonrosa clasificación. El 'manque pierda' es un modo de vida, de fidelidad a unos colores. Al fin y al cabo, como dice José León, "el Betis es el único equipo que ha sido Campeón de Tercera, Segunda y Primera". Lo que verdaderamente tiene quemado al bético medio es que estas vacas flacas coinciden con la mejor época histórica del Sevilla. Y ya saben ustedes cómo es esta ciudad.

Y bien. A las 22.30 horas los jugadores pudieron salir. La gente se tranquilizó. En el fondo, están bajo los efectos de un shock. Y Lopera, el primero. Siempre dijo que lo que más temía en el mundo era ver a su Betis en Segunda División. Hoy ésta es la realidad. El Betis ha bajado. Es el fin de un modelo. El modelo-Lopera. Tras 17 años de vigencia, es el momento de una reflexión. Porque el beticismo está hundido. Absolutamente hundido.

Asenjo

Hizo un paradón impresionante a Oliveira casi al final, que vale una permanencia.

Nogués

Mal día para el entrenador catalán. Buscó soluciones, pero no dio con la tecla.

Oliveira

La acción más bonita del partido fue un exquisito remate que se estrelló en el poste.

Bea

Vio la primera tarjeta amarilla del partido por una entrada sobre el brasileño Edu.

Ha sido muy triste. El fútbol ha sido injusto y el destino, caprichoso, como la semana pasada. Ha sido una lástima y no lo merecíamos. El Valladolid ha llegado dos veces. La gente es consciente de estar en Segunda, pero nadie se lo esperaba. He tenido que ir detrás de los jugadores para que se ducharan porque apenas podíamos movernos.

En la vida hay que sobreponerse. El descenso nos ha cogido por sorpresa. Hemos tenido 14 ocasiones y hemos marcado un gol. Ellos, sólo dos ocasiones. Hay maneras y maneras de no ganar y el mazazo es injusto. El equipo se lo ha dejado todo y hemos bajado por un gol, con 42 puntos.

Sí, pero ahora no es el momento. Estamos tocados y el vestuario está hundido. Llevamos varias semanas en las que el fútbol está siendo injusto con nosotros. La reflexión debe hacerse a nivel de club. Hay que seguir. El Betis, por su historia y por otras cosas, tiene que recuperar el año que viene una categoría que nunca ha debido perder.

Llevo nueve partidos aquí, he trabajado lo que he podido y asumo la parte de culpa que me corresponde y más. Cuando no puede ser y ves al equipo entregado, unido, pero los resultados no llegan... es todo muy complicado. ¿Mi futuro? Dios dirá. Estoy indignado.

Tenemos jugadores que vienen de lesiones y no están para jugar todo el partido. Su físico no era el más idóneo. Queríamos refrescar la parte de arriba.

1-1: EL EMPATE NO LE SIRVE PARA PERMANECER

El Real Betis no pudo conseguir la victoria en la visita del Real Valladolid y certificó su descenso a Segunda División merced a las victorias de Sporting y Osasuna y el empate del Getafe en Santander. El conjunto de José María Nogués salió a por todas llevado en volandas por su afición, que generó un ambiente espectacular. Oliveira pudo adelantar al Betis en un mano a mano, pero no logró superar a Asenjo. Tuvo varias más en la primera mitad, pero en ningún momento se logró marcar. Sí lo hizo el Real Valladolid, en una contra rozando el tiempo de descanso gracias a un disparo ajustado al palo de Aguirre. Con todo en contra, el Betis logró empatar con un cabezazo de Oliveira. Quedaban muchos minutos por delante, pero la suerte no estuvo del lado verdiblanco con dos tiros al palo del propio Oliveira y de Juanito. Al final, empate que deja al Real Betis descendido y con el objetivo inminente de recuperar cuanto antes la categoría.

La afición habló ayer, pero ¿y el club?

Se pidió durante toda la semana desde los diferentes medios de comunicación del Betis que la afición se olvidara de lo sucedido en los últimos cuatro años y animara al equipo ante el Valladolid para conseguir la salvación. De hecho, el lema ’56.000 contra 11’ salió del propio club. Como no podía ser menos, la fiel infantería bética no falló. Llenó el estadio bético y no paró de animar hasta el minuto 90 (como se aprecia en el vídeo), cuando comenzó a pedir responsabilidades. Durante más de dos horas en los aledaños del Ruiz de Lopera y en la casa de éste, seguidores béticos cantaron y pidieron dimisiones. Pues pasadas doce horas del descenso, no es que no haya habido dimisiones, es que ni siquiera ha habido explicaciones, ya que únicamente José María Nogués dio la cara. Nadie del Consejo se ha manifestado, por supuesto Lopera menos, y ni siquiera se ha insertado comunicado alguno en la web oficial, donde un ‘1-1: Empate que no le sirve para permanecer’ es la única referencia al descenso de categoría. Sin duda, lo mínimo que puede hacer este Consejo de Administración, con Lopera a la cabeza, es dar la cara, que cuando se ganó la Copa y hubo clasificación para la Champions no hubo día que no estuvieran en una peña o ofreciendo alguna entrevista a los medios de comunicación.

SERÁ QUE ESTABA ESCRITO

REAL BETIS (1): Ricardo; Nelson, Juanito, Rivas, Fernando Vega; Capi (Pavone, 75), Rivera; Sergio García (Emaná, 70), Edu, Mark González (Juanma, 86); y Oliveira. REAL VALLADOLID (1): Sergio Asenjo; Marcos, García Calvo (Iñaki Bea, 48), Baraja, Óscar Sánchez; Borja, Álvaro Rubio; Pedro León (Aguirre, 17), Víctor, Sesma (Canobbio, 65); y Goitom. Goles: 0-1: Min. 45+, Aguirre. 1-1: min. 49, Oliveira. Árbitro: Alfonso Pérez Burrull, cántabro. Amonestó a los visitantes Canobbio, Marcos e Iñaki Bea.

No es posible que una crónica trasmita ni siquiera la mitad del dolor experimentado en esta última tarde de mayo. El Betis ha vuelto a Segunda después de empatar uno de los pocos partidos que sus futbolistas afrontaron como hombres en este infausto ejercicio. Sabían que necesitaban ganar porque sólo un inconsciente podía aferrarse al milagro que, en honor a la verdad, se rozó en los otros campos. Y se lanzaron con la furia de los desesperados a la yugular de un rival que aguantó angustiosamente una sucesión de hasta cuatro ocasiones claras en los primeros diez minutos. Si este Valladolid mortecino sigue en Primera, es gracias a Sergio Asenjo. Se calmó la fogosidad inicial y empezó hasta el minuto 45 una fase de sesteo, favorecida por las noticias tranquilizantes (caramelos envenenados para el ánimo) que llegaban desde los otros campos. En el descuento marcó Aguirre en el único acercamiento con peligro del Valladolid pero el empate de Oliveira nada más comenzar la segunda mitad dejaba las cosas como estaban. Lo malo era que Osasuna y Sporting remontaban. Cuando Morán marcó el gol salvador de los asturianos, el Betis ya había estrellado un balón en el palo y justo mientras las radios anunciaban la mala nueva, Juanito cabeceaba al larguero. Había casi media para evitar la tragedia con el 2-1 pero el silencio sepulcral que se cernió sobre Heliópolis era el más negro de los presagios. Hubo un último cabezazo de Oliveira que paró Asenjo y un par de embestidas a la desesperada, incluido Ricardo, pero los verdiblancos se fueron al pozo. Nadie se ahora qué va a pasar con este club al que apenas si le queda la afición, que como siempre volvió a estar por encima del equipo.