Un crimen

 

 

Ante todo, me gustaría mandar un fuerte abrazo a todos los béticos en estos momentos de tremendo dolor y desesperación. Ojalá pudiera transmitiros una brizna de ánimo y de aliento, pero desgraciadamente es muy escaso el que me queda y es sabido por todos que de poco sirve ánimo alguno cuando esta angustia e impotencia te está devorando ferozmente por dentro.

 

 

 

 

 

¿Por dónde empezar cuando es tanto lo que uno tiene dentro? Intentaré ir por partes.

 

 

 

El domingo se vio, una vez más, la calaña de esta directiva. Una banda (desbandada diría yo tras ver su pávida actitud tras el partido) que al parecer hace mucho vendió su alma al diablo a cambio de dos comilonas y un sitio en el palco. Figurantes de cuestionable altura y seguidores a pies juntillas de lo establecido; todos ellos han traicionado vilmente, con su omisión y dejación, al escudo de las trece barras. Los primeros en abandonar el barco, que no tuvieron la higiene moral de hablar después del partido, ni de dar la cara. Cómplices todos ellos, e igual de culpables que quien compra sus favores y su aplauso fácil e interesado.

 

 

 

Los medios del club, en su línea. Desinformar y manipular. Como ayer era imposible maquillar la situación, ni aun acudiendo a la demagogia más kafkaiana, decidieron no emitir; al menos, por Internet. Lamentable. Bochornoso. Demostraron una vez más su desvergüenza absoluta y su escatológica moral. Me recordó a los tiempos de guerra cuando durante los bombardeos, ponían marchas militares. Son los inaceptables defensores de esta Dictadura que sufrimos, voceros que hacen de la falta de rigor su máxima de trabajo. Personajes que hacen un flaco favor al periodismo y que demuestran el grado de servilismo al que puede llegar el ser humano.

 

 

 

Mención aparte merece la plantilla, aunque no caeré en el recurso fácil de culparlos sólo a ellos, como pretende el club en un nuevo intento de desviar la atención de lo que verdaderamente la merece. Ayer fue el único día que corrieron y que parece que sabían lo que era darle una patada a una lata, les faltó fortuna. Hasta ahora habían estado relajados y concentrados en spas y hoteles de lujo, ya que debe provocar un estrés tremendo y ser poco recomendable trabajar 3 horas diarias dándole patadas a un balón. Su acomodamiento y falta de pundonor, profesionalidad y autoexigencia; han propiciado que llegáramos a la última jornada con el agua al cuello. Ahora tocará ‘espantá’ veraniega de estos mercenarios ególatras, erigidos dioses de no se sabe qué porque demostrar no han demostrado nada, salvo su incompetencia y falta de nivel para llevar esa camiseta.

 

 

 

Algo bueno tiene bajar a Segunda, y es que volveremos a ver a Nogués. No es que le culpe de todo ni mucho menos, la culpa es del que lo pone. Además llegó tarde y con un rumbo bastante difícil de enderezar. El único que ayer tuvo redaños para salir después del partido, pero para lavarse las manos: dijo que él no tenía nada que ocultar y que tenía la conciencia tranquila después del trabajo bien hecho. ¿Trabajo bien hecho? 9 partidos: 3 victorias, 2 empates y 4 derrotas; 11 puntos de 27 posibles. Cogió al equipo fuera de puestos de descenso y lo deja en Segunda. Gran trabajo. 

 

 

Dejo lo mejor para el final: el máximo accionista. La mano que mece la cuna y cabeza invisible de este desgobierno. Un señor que no vende su paquete accionarial porque sin él sería aun menos de lo que es y perdería el poco protagonismo que le queda, ese que tanto le gusta. Un señor que necesita ir rodeado siempre de su cohorte, esa guardia pretoriana que venera su absolutismo. El perro del hortelano, aunque para perro el suyo, más importante que el Centenario del Real Betis. Un señor que juega a los dados con las ilusiones de 56.000 almas y que parece no sufrir lo más mínimo cuando ve los ojos llenos de lágrimas de esta afición a la que tiene aburrida y harta de aguantar sus tropelías. Un señor que, escondido en su búnker de la calle Jabugo, se respalda en enfermedades para faltar a su cita con la verdad, cuando el verdadero enfermo aquí es otro. Un señor que parece tener pocos escrúpulos, que en su momento llegó revestido con hábitos de salvador y ha terminado por convertirse en el más desalmado de los justicieros.

 

 

 

Todos ellos, todos, son: cómplices, consentidores y responsables de lo que ha ocurrido. Han perpetrado un crimen cainita, espantoso y sanguinario. Nunca, jamás, les perdonaré el daño que le han hecho al Real Betis: ni esas lágrimas que corrían por las mejillas de tantos béticos, ni esa impotencia que no te permite conciliar el sueño, y en general, el sufrimiento que está infligiendo a esta parroquia. Nunca les perdonaré.

 

 

 

Mientras tanto, ahí está la afición, esa que todavía parece estar bajo los efectos secundarios del Síndrome de Estocolmo en este eterno secuestro. Esa afición que es capaz de reventar el campo, aunque se le falte al respeto y a su inteligencia día tras día. Una afición que parece estar destinada a hacer otro año de tripas corazón. Cuando ves cómo se deja el dinero, la garganta, cómo llena las gradas de color, haciendo el esfuerzo de dejar todo a un lado; entonces, entiendes su grandeza y comprendes que el sentimiento bético no puede secuestrarse, que aun está vivo.

 

 

Ahora bien, que urgentemente debe hacerse oír para cambiar las cosas o morirá. No me refiero a tirar cuatro botellas, volcar dos contenedores y ponerse a encender bengalas, esos actos sólo sirven para reventar lo razonable, legítimo y pacífico. Hablo de hacerse oír de verdad: canalizar organizadamente nuestro malestar, nuestra desazón y disconformidad, planteando una alternativa seria. A veces me pregunto si es que de verdad existe malestar con la gestión que sufrimos, porque yo a estas alturas empiezo a no entender nada.

 

 

 

Ya termino, hoy me he extendido demasiado, pero es que tenía mucho que decir. Esto que está pasando no tiene nombre, es inefable en todos los sentidos, por más que uno se esmere en contarlo delante de un teclado y tragándose las lágrimas. Ahora más que nunca, en la adversidad y doliéndome en el alma el descenso a Segunda, soy Bético a boca llena y con la cabeza alta.

 

Está en nuestras manos cambiar esto y devolver al Real Betis donde se merece. Ojalá acabe pronto este mal sueño y despertemos de una vez.

 

 

 

 

 

 

Diego Sanlúcar

PLAS PLAS PLAS!!!

Más clarito no se puede decir!

¿ Alguna verdad más por favor ?

 

Es feo el momia hasta en un montaje pordio xD

Joder pocholo, tu te levantas inspirado todos los días o que ?

JAJAJJAJAAAJAA Q BUENA

NUEVO LOOK PARA LA JESSICA FLETCHER, POBRECILLA Q DESFAVORECIA HA QUEDADO JAJJAA

espinosa escribió:

 

jajajaja..., qué vá..., yo me suelo levantar como casi tó los hombres pordio..., ¿lo coges?

P0CHOLO escribió:

jajjajajjajaj que crack xd

espinosa escribió:

jajaj que arte por dio