Real betis - cartagena (post oficial)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Emana con pino zamorano y nacho

 

Pino monta otro lío

 

Al Betis se le esfumó la posibilidad de ponerse líder ante el recién ascendido FC Cartagena, en un partido que se le fue complicando hasta límites insospechados por mor del ínclito Pino Zamorano, que lo dejó con nueve al expulsar de forma muy rigurosa a Arzu y Carlos García. Al final, 0-0 y gracias.

Las plácidas victorias de las dos últimas jornadas –3-0 al Recre y 1-3 en Albacete– no hacían presagiar una matinal tan alborotada como la vivida ayer en Heliópolis, donde los verdiblancos, primero por falta de puntería y luego por obra y gracia del desastroso arbitraje de Pino Zamorano, sumaron su tercer tropiezo del curso y el tercer partido –de seis– en el que sufren expulsiones, en este caso por partida doble. Las rojas mostradas a Arzu (54’) y Carlos García (75’), a todas luces desmesuradas, dejaron a los de Tapia en inferioridad durante muchos minutos ante un Cartagena que, pese a llegar e irse líder, fue incapaz de aprovecharse de tal circunstancia, lo que debe dar buena idea del escaso nivel que reina en la categoría de plata.

Antonio Tapia insistió por tercera jornada seguida con el mismo once inicial que había vencido y convencido en los dos anteriores partidos, dejando en el banquillo a gente como Emana o Nelson, a priori llamados a ser titulares en este Betis. Y tiró de Sergio García, pese a que el catalán apenas pudo entrenar un par de veces en toda la semana por una subluxación de hombro. La matinal –hacía ocho años que no se jugaba en Heliópolis al mediodía, desde el último descenso– se presumía entretenida y radiante porque nada más empezar el partido Juanma (1’ y 5’) desaprovechó dos ocasiones muy claras de gol que podían haber dejado encarrilado el triunfo.

Pero no fue así. Pasados los ímpetus iniciales sólo pudo verse a un Betis muy ramplón, con Sergio y Pavone desconectados e incapaces de hacer pasar apuros a la sólida y organizada zaga cartagenera, en la que sobresalió el trabajo de Cygan y Pablo Ruiz, un ex del Villarreal y otro del Sevilla, que junto a De Lucas (ex del Espanyol y Chelsea), Víctor (Valladolid), Longás (Barcelona B) o Toché (Atlético) eran los únicos nombres reconocibles para el gran público de este Cartagena que hace bien poco competía con el filial bético en Segunda B.

y apareció pino. A quienes sí conocían de sobras los aficionados béticos era a Alfonso Pino Zamorano, uno de los peores árbitros que ha dado el fútbol español en los últimos años. Su escandaloso arbitraje del Camp Nou en la 2004-05 quedó grabado en la memoria colectiva de los béticos, que ayer tuvieron nuevos motivos para pensar mal del castellano-machego. A la media hora empezó a tirar de tarjetas y en ocho minutos amonestó a Pavone, Arzu y Damiá, mientras los cartageneros, que habían triplicado el número de faltas, quedaban de rositas. La amarilla de Arzu fue especialmente nociva porque nada más empezar la segunda parte le mostró otra y dejó al Betis con diez. Y las dos se las pudo haber evitado.

Si ya con once los de Tapia habían tenido serios problemas para aproximarse a la meta rival –sólo con una volea de Nacho que lamió el larguero–, con diez apenas hubo manera, pese a la entrada de Emana. Y el último cuarto de hora, con nueve, pues a instancias de su linier también expulsó a Carlos García con roja directa por una confusa jugada.

Dadas las circunstancias, salvar el 0-0 inicial era el objetivo máximo que podían alcanzar al final los béticos. Y lo lograron sin demasiados apuros. La falta que dio origen a la expulsión de Carlos García la envió De Lucas al larguero, y en los quince minutos restantes el Betis se defendió bien y pudo sumar un puntito que, visto lo visto, ha de ser agradecido. Si con nueve no pierde...

No todo fue culpa de Pino Zamorano

 

Alfonso Pino Zamorano, como era previsible en un árbitro tan malísimo, tergiversó el desarrollo natural del Betis-Cartagena. El encuentro, sin embargo, no se volvió loco sólo por su culpa. Es verdad que el equipo verdiblanco acusó las dos expulsiones, porque hasta el Barcelona notaría semejante contratiempo, pero afirmar que superó a su rival mientras el choque fue de once contra once tampoco sería cierto del todo. Tuvo más ocasiones, una realidad objetiva y matemática, pero quien trató el balón con más sentido fue el Cartagena. Hizo el conjunto murciano lo mismo que el Hércules, único verdugo liguero del Betis hasta ahora: colocar tres hombres en el centro del campo y ganar por una simple cuestión numérica. Mariano Sánchez, Longás y De Lucas fueron un incordio para Iriney y Juande, casi tanto como Víctor y Lafuente para la defensa. Luego empezaron los inconvenientes: la lesión de Juanma, las rojas... Antonio Tapia tardó mucho en meter un central (sólo lo hizo cuando se vio con nueve) y procuró que Emana hiciese la raya en la medular; el camerunés obedeció e incluso guardó un relativo orden táctico, aunque se contuvo demasiado con el balón en los pies. Por suerte para el Betis, su enemigo no se lanzó a una ofensiva total, quizás incrédulo por tanta ventaja, o quizás timorato porque al fin y al cabo es el Cartagena, o quizás cansado, porque calor hizo un poco. Y así llegó el puntito. Menos es nada.

Claro que no...

Lo que funciona y lo que es de milagro

 

Como por milagro, y en situación desesperada, el Betis sumó un punto. Quizá, hasta tres: uno, más los dos que no conquistó el Cartagena, que al final sólo jugaba contra siete futbolistas béticos útiles. Un partido áspero y confuso sirvió para delatar lo que en el Betis funciona… y lo que sale por un milagro.

Entre desconcierto y caos, el Betis escapó a la derrota y a un entripado importante por un número de razones. El orden y los conceptos básicos que Tapia ha podido imprimir estuvieron detrás del empate. Pero también hubo milagritos y un punto de suerte. Sólo todo ese condimento valió como antídoto ante una derrota casi segura y ante la pequeña catástrofe que hubiera sido depositar estos tres puntos en la cuenta del FC Cartagena. El punto es un alivio ante la incertidumbre de lo que pueda pasar en Vallecas, el domingo que viene: sin Arzu, sin Carlos García, sin el lesionado Juanma…

El bisturí: con diez contra diez en el juego de campo, el Betis no era superior, pero sí daba sensación de tener más pegada, aunque Sergio García no ofreciese las mejores sensaciones. Así y todo, el remate al larguero del cartagenero Tato, en la prolongación de la primera parte, hubiera firmado un 0-1 demoledor. En la segunda parte aparecieron Pino Zamorano y sus asistentes, el tarjeteado Arzu arriesgó demasiado (y De Lucas fingió: no se le toca) en una barrida espectacular en ‘tackle’. Arzu, a la calle.

Ya con sólo nueve futbolistas en el campo, el Betis sufrió otro descosido: Carlos García sacó un codo a pasear, un asistente le delató a Pino Zamorano… y fue la segunda expulsión. El provocador y bronquista De Lucas mandó el tiro libre rumbo a la escuadra derecha de Goitia… pero el maderamen evitó el gol. La muerte y la suerte, en la misma jugada. Destino puro y duro. Y caos. Calambrazo de Pavone: siete hombres útiles en pista, mientras se perdonaban las tarjetas a los amonestados del Cartagena. El orden, la disciplina y el esfuerzo de los supervivientes, con las líneas y el trasero bien apretaditos, guardaron el punto. Hay cosas que se salvan con orden y otras que precisan milagritos. Ayer hubo orden y milagros, pero Vallecas, el Vallecas de Mel y Carmelo del Pozo, llega con los cuernos muy afilados, muy avispados. No miren al tendido, por favor.

 

Ya jugaba con uno menos desde antes

 

Primer tropiezo del curso del Betis ante los suyos y un nefasto personaje como actor principal de la película. Se trata del árbitro colegiado en Castilla y La Mancha llamado Alfonso Pino Zamorano, que ahora purgas sus penas en la segunda categoría y, de paso, le amarga la vida a muchos equipos con los que se topa semana a semana. El juez fue protagonista claro de este encuentro frente al Cartagena, entre otras cosas porque si es verdad que el Betis es el Real Madrid de esta Liga Adelante, jamás debería acabar con dos futbolistas menos en su propio estadio. Pero jamás, jamás, y encima ayer tampoco existieron motivos rotundos para ello. Ahora bien, dicho lo dicho, no harían mal los béticos, empezando por el coherente Antonio Tapia, en ejercer la autocrítica respecto a este encuentro entre el primer y el segundo clasificado de la tabla.

Porque el Betis no comenzó a jugar con uno menos cuando fue expulsado Arzu por una entrada aparatosa y absurda sobre De Lucas, lo hizo mucho antes, concretamente cuando Juanma se llevó la mano a su muslo y Antonio Tapia tomó la sublime decisión de colocar en el campo a Odonkor en su lugar. Ya se ha dicho en otras ocasiones en los relatos de los hechos de diferentes encuentros y cabe insistir en que no se trata de una falta de respeto al profesional, en absoluto, pero meter al alemán en el campo es quedarse, de facto, con un futbolista menos. Así fue en el primer choque liguero frente al Córdoba, hasta que fue sustituido por Caffa, e incluso frente al Hércules, cuando fue sustituido por la expulsión de Sunny y apenas se notó desde entonces que el Betis estaba ya con diez sobre el campo. Ayer fue todo lo contrario, tenía a diez elementos vestidos de verdiblanco, más Goitia, pero la realidad es que desde el instante de la lesión de Juanma, aproximadamente media hora en el cronómetro, el equipo había bajado muchos enteros.

El prometedor arranque del Betis no había tenido, pues, continuidad por mor de una decisión endógena, que había partido desde su propio banquillo a la hora de elegir el sustituto de un lesionado repentino. A partir de ese momento, se rompió una trayectoria que había sido convincente en los veinte primeros minutos. No en vano, a los 37 segundos de juego ya había podido marcar Juanma en un toque en solitario que le salió mal. Y lo pudo hacer de nuevo el mismo futbolista en el minuto 5, cuando remató mal de cabeza. En el minuto 7, le llegaba el turno a Arzu al lanzar con clase un golpe franco desde la frontal. Después llegaría el centro-chut de Fernando Vega que tocó en el larguero o el toque de calidad de Sergio García que se topó con la pierna Cygan en su camino hacia la red. Habían sido veinte minutos de lo más alentadores y a partir de ahí nada, si se exceptúa el paradón de Rubén a Nacho en una jugada ensayada en un saque de esquina al filo del descanso.

El Betis, incluso, había impuesto su juego ante un rival que no tiene nada que ver con lo que se estila por la Segunda División, ya que el Cartagena apuesta claramente por el toque y trata de sacar el balón jugado desde su propio portero. Interesante propuesta, sin duda, la de Juan Ignacio Martínez, aunque el tiempo dirá si es la más idónea para manejarse en una categoría en la que la prosa se impone casi siempre al verso. Los pelotazos están prohibidos y el balón está mucho más tiempo a ras de césped que por el aire, aunque eso aumente los riesgos en más de una ocasión.

Pero esa intención de tocar la pelota se topó de salida con la presión de los béticos y con la disposición de los peones por parte de Antonio Tapia. El Betis repetía alineación y la ocupación del terreno era la ideal para los futbolistas con los que cuenta el técnico cordobés, sobre todo por la capacidad que éstos tienen para generar ocasiones de gol en el momento que recuperan la pelota. Hasta que, desgraciadamente, se lesionó Juanma en su músculo...

A partir de ahí ya nada sería igual, el Cartagena avanzaría metros y el Betis, en cambio, iba desapareciendo de la escena. Incluso Tato pudo marcar antes del tiempo de refresco. Quedaba el plan B, sin embargo, y éste respondía por Emana, quien ocupó el puesto de Juande. Aquí llegó el segundo problema, el desequilibrio que supone el riesgo, pues el camerunés ayuda en ataque, pero genera incendios hacia atrás. La mejor prueba fue la jugada de la expulsión de Arzu cuando perdió un balón arriba y generó la contra del Cartagena que dio lugar a la entrada a destiempo del central bético sobre De Lucas. Desde ese momento llegó el recital del nefasto Pino Zamorano, sobre todo por la exagerada roja directa a Carlos García, y lo mejor ya era salvar al menos un punto. El Betis lo hizo y tiene muchos motivos para la queja por el árbitro, pero que nadie se olvide que ya jugaba con uno menos antes de la expulsión de Arzu.

Árbitro: Pino Zamorano l (castellano-manchego). Es un colegiado horrible y el margen de error siempre se incrementa con él en el campo. Sin embargo, su principal fallo lo cometió uno de sus auxiliares, pues la roja directa a Carlos García fue algo exagerada y se debió quedar en tarjeta amarilla.

Tarjetas: Amarillas Pavone (31'), Arzu (37'), Damià (39'), Rubén (44'), Mariano Sánchez (50'), Arzu (55'), Pablo Ruiz (59') y Emana (61'). Rojas Arzu (55'), Carlos García (75')

momentos clave 1' Juanma llega al remate a los 37 segundos y su toque, con todo a favor, es erróneo. 5' Cabezazo de Juanma con todo a favor. 7' Falta directa de Arzu que se va fuera por muy poco. 12' Centro-chut de Fernando Vega que toca el larguero. 43' Paradón de Rubén a una volea de Nacho. 47'+ Cabezazo de Tato al laguero. 49' Cabezazo en solitario de Carlos García. 78' Falta de De Lucas a la escuadra.

Incidencias: Encuentro de la quinta jornada de la Liga Adelante disputado en el estadio Manuel Ruiz de Lopera ante 25.000 espectadores.

Que no nos pite mas ese bastardo